Si eres el dueño o gerente de un bar que se especializa en platos de pescado, sabes lo fundamental que es contar con ingredientes de alta calidad para satisfacer a tus clientes. La merluza es una opción popular en muchos menús debido a su sabor suave y versatilidad culinaria. 

1. Calidad del Producto:

La calidad del pescado es el factor más importante en la preparación de platos de pescado. Al buscar un proveedor de merluza congelada de confianza, puedes garantizar que estás obteniendo un producto de alta calidad. La merluza congelada de calidad mantendrá su sabor y textura original, lo que se traducirá en platos deliciosos y en comensales satisfechos.

2. Disponibilidad Todo el Año:

Una de las ventajas de la merluza congelada es que está disponible durante todo el año, independientemente de la temporada. Esto te permite mantener la consistencia en tu menú y ofrecer platos de merluza a tus clientes en cualquier momento.

3. Reducción de Desperdicio de Alimentos:

La merluza congelada es fácil de almacenar y usar según sea necesario. Esto reduce significativamente el desperdicio de alimentos en tu bar, ya que puedes descongelar la cantidad necesaria para cada día. La merluza fresca, en cambio, puede tener un período de vida útil más corto y requiere un almacenamiento más delicado.

4. Versatilidad en el Menú:

La merluza congelada se presta a una amplia variedad de platos, desde frituras crujientes hasta guisos reconfortantes. Su sabor suave y textura firme la hacen perfecta para adaptarse a diversas preparaciones culinarias. Puedes servirla a la parrilla, rebozada, horneada o en salsas sabrosas.

5. Sostenibilidad y Responsabilidad:

Hoy en día, la sostenibilidad es una preocupación creciente en la industria de la pesca. Al elegir un Proveedor de merluza congelada, es esencial verificar que el producto proviene de fuentes sostenibles y que se adhieren a las prácticas responsables de pesca. Esto no solo contribuye a la conservación de los recursos marinos, sino que también puede ser un punto de venta atractivo para tus clientes conscientes del medio ambiente.

6. Economía y Rentabilidad:

La merluza congelada a menudo es más económica que la fresca, lo que puede ayudar a reducir los costos de tu bar sin comprometer la calidad. Esto te permite mantener precios atractivos en tu menú y puede atraer a una clientela más amplia.

7. Relaciones a Largo Plazo:

Una vez que encuentres un proveedor de merluza congelada confiable, puedes establecer una relación a largo plazo que garantice la consistencia en la calidad del producto y en la entrega oportuna. La construcción de relaciones sólidas con proveedores es esencial para la continuidad y el éxito de tu negocio.

8. Experiencia de Compra Eficiente:

Un buen proveedor de merluza congelada debe ofrecer un proceso de compra eficiente y conveniente. Esto incluye la entrega puntual y la disponibilidad constante de producto, lo que te permite administrar tu inventario de manera efectiva.

Encontrar un buen proveedor de merluza congelada para tu bar es esencial para ofrecer platos de pescado de alta calidad, reducir costos y mantener la sostenibilidad. La merluza congelada ofrece versatilidad en el menú, facilidad de almacenamiento y la oportunidad de establecer relaciones a largo plazo con proveedores confiables. Al elegir un proveedor que cumple con estándares de calidad y sostenibilidad, puedes asegurarte de que estás sirviendo a tus clientes platos de merluza deliciosos y responsables.

Los langostinos están sabrosos en cualquier momento del año gracias a la distribucion de Langostino austral congelado que nos permite disfrutar de este delicioso producto en cualquier momento. Te ofrecemos cuatro recetas con langostinos muy sencillas y para chuparse los dedos. Solo necesitas descongelarlos previamente y disfrutar de todo su sabor.

1. Langostinos al horno con salsa básica. En el vaso de la batidora pones aceite de oliva, el zumo de un limón y dos o tres dientes de ajo al gusto. Lo bates hasta que quede una salsa bien ligada. Colocamos los langostinos en la bandeja del horno y los bañas con la salsa. Salas y los pones a fuego medio, arriba y abajo, hasta que la cáscara esté ligeramente tostada.

Estos langostinos son muy sabrosos y se preparan tan rápido que parece mentira que resulte tan fácil. Te encantarán y pueden tomarlos toda la familia ya que, a diferencia de otras recetas, no lleva nada de alcohol.

2. Langostinos en revueltos. Un revuelto de espinacas es muy sano pero puede ser muy aburrido. Si le añades unos cuantos langostinos cocidos y pelados la cosa cambia y mucho. Puedes aprovechar los langostinos que te hayan sobrado de una preparación anterior para hacer el revuelto. O, simplemente, reservarlos para este fin ya que creemos que es difícil que puedan sobrar de manera voluntaria.

Pones los langostinos en la sartén con un poquito de aceite y ajo, les das una vuelta y añades la verdura. Revuelves y dejas que se haga a fuego lento. Cuando está lista, añades el huevo y cocinas sin dejar de revolver para que todo tenga la consistencia debida.

3. Rollito de langostinos. En el vaso de la batidora coloca palitos de cangrejo y huevos cocidos. Añade salsa rosa y bate bien. Coloca sobre un film de cocina sobre la encimera una fila de dos rebanadas de pan de molde sin corteza cada una de ancho y seis de largo. Todas las rebanadas deben de montarse ligeramente unas sobre otras. Pasa un rodillo de cocina para que el pan quede muy fino y las rodajas totalmente unidas, formando una plancha.

Sobre la plancha de pan coloca la mezcla que has hecho en la batidora, extendiéndola con cuidado. Añade encima colas de langostino cocido y pelado. Con la ayuda del film de cocina enrolla el pan para crear una especie de brazo de gitano salado. Cubre el pan con salsa rosa y adórnalo con yema de huevo cocida en polvo y aceitunas.

-Pulpo con verduras al pil pil. Es un plato delicioso que además resulta sencillo de cocinar, sobre todo si se cuenta con un buen distribuidor de pulpo congelado para hosteleria. Y es que lo más importante es que el pulpo sea de calidad.

Se cuece el pulpo y se reserva troceándolo. Los jugos y la gelatina de cocerlo se usan para la salsa pil pil, añadiendo el aceite aromatizado con ajo y guindillas. Su elaboración es igual al pilpil del bacalao, pero usando los jugos del pulpo. Algunos cocineros le añaden un punto de pimentón porque el pulpo agradece mucho este condimento.

Se cuecen verduras variadas ya sean de temporada o congeladas y una vez listas y bien escurridas se pasan por la sartén con un toque de sal y pimienta. También preparamos un puré de patatas con un toque de mantequilla.

Para emplatar, colocamos el puré de patatas, las verduras y el pulpo separados y añadimos la salsa. Cada comensal podrá mezclar los ingredientes a su gusto.

-Pulpo a la gallega. Es la manera más tradicional de las tres propuestas de preparar el pulpo, pero sigue contando con muchísimos adeptos. Es realmente sencilla de preparar. Se cuece el pulpo y en la misma agua de cocer el pulpo se cuecen los cachelos, esto es, patatas sin pelar, bien lavadas y cortadas a la mitad.

Se sirven los cachelos con el pulpo cortado y se aliña todo con aceite de oliva virgen, sal y pimentón picante. Aunque en algunos lugares lo tradicional es que la sal sea gruesa, en muchos restaurantes utilizan sal fina porque resulta más agradable para los comensales. Dado que la cantidad de picante es algo muy personal, lo mejor es poner muy poca cantidad y dejar que cada persona aliñe a su gusto, colocando un bote en la mesa.

-Pulpo a la plancha. Es una de las maneras más saludables de tomar pulpo, ya que lleva muy poco aceite. Dado que el pulpo tiene muy pocas calorías, con esta forma de cocinarse es apto para prácticamente todas las dietas. El truco está en cortar las rodajas de pulpo sesgadas y no demasiado gruesas para que se haga bien por los dos lados.

Se puede acompañar de una ensalada y, si se desea, aliñar con unas gotas de aceite aromatizado con ajo y un toque de perejil.

Cocinar el domingo para toda la semana es algo más que una moda, es en muchos casos una necesidad. Cocinar a diario no solo implica el tiempo de preparación de los platos, sino también el tener que fregar todos los utensilios, limpiar la cocina y fregar suelos y encimeras. Al hacer todo esto en domingo, nos ahorramos estos trabajos diarios y podemos disfrutar de comida casera, evitamos las perezas que nos llevan a consumir comida rápida y tendremos tiempo para descansar.

Para poder preparar nuestros platos es necesario organizarse bien y el sábado hacer un menú semanal. Prepara un menú realista y que pueda conservarse sin problemas. Reserva para el fin de semana los fritos o aquellas comidas que estén más sabrosas cocinadas al momento.

Algunas personas solo cocinan los platos principales y en las cenas realizan picoteos y platos sencillos que se hacen sin esfuerzo al momento. Otros, organizan todos los platos. Hay que contar con algunos comodines, como carnicos congelados del estilo de hamburguesas o sanjacobos que pueden quitarnos de un apuro si nos quedamos cortos con la comida o un día tenemos a alguien más a la mesa.

Debes de contar con tuppers para poder guardar la comida de manera segura. Y tener en cuenta que no todo puede quedar en la nevera durante los cinco días de la semana. Lo normal es que los guisos y platos de cuchara, así como las cremas de verduras aguanten incluso cuatro días. Pero los pescados, por ejemplo, no deberían de estar más de un día.

Por eso, lo mejor tener a mano la comida para el lunes y el martes y congelar el resto. Cada día debemos de acordarnos de sacar el plato para el día siguiente. Incluso, si tenemos un congelador amplio, podemos cocinar para quince días duplicando los ingredientes de cada receta y repitiendo el menú, algo que no nos cansará ya que podemos combinar las comidas y cenas de forma diferente y solo vamos a repetir cada cosa en una ocasión.

Si este estilo de cocina te resulta, es buena idea hacerse con una máquina para envasar al vacío, que te permitirá congelar sin ocupar tanto espacio y también conservar muchos alimentos durante más tiempo. Así, ahorrarás todavía más tiempo realizando las compras grandes de alimentos tan solo una vez al mes y acudiendo una vez a la semana a una tienda de barrio a por la fruta y verdura fresca.

La gente que me conoce me dice que soy un agarrado, que siempre estoy pensando en el dinero, comparando precios y demás. A mí no me afecta demasiado, yo sé lo cuesta ganarlo y no me gusta gastarlo sin sentido. Sé que otras personas disfrutan tirando el dinero, pero yo no: yo disfruto invirtiendo mi dinero de forma segura y sopesada. Por eso me gusta hablar más de invertir que comprar o gastar. 

Claro que cuando alguien me oye decir que voy a ‘invertir’ en quesos de vaca italianos baratos se toca la sien con un dedo como simulando que estoy loco. Lo cierto es que no ando falto de tiempo, eso también es verdad, así que puedo tomarme las cosas con calma. Sé que la mayoría de la gente está siempre de aquí para allá con mil y un proyectos, tareas y obligaciones y no tienen tiempo para mirar unas tiendas de quesos para ver dónde ofrecen el mejor género y al mejor precio. Pero como yo tengo tiempo y lo disfruto, pues lo hago.

Para mí la comida es un auténtico placer. Probablemente el mayor de los placeres. Y no hay sector en el que me guste más ‘invertir’ que en este. De hecho, también invertí literalmente en bolsa en su día en algunas empresas de alimentación pero pronto me di cuenta de que para eso, más que habilidades, es cuestión de suerte, se parece más a un juego. Y a mí no me gustan los juegos diseñados para que pierdan los de siempre y nunca pierda la banca.

Cuando miro por internet quesos de vaca italianos baratos me fijo mucho en los precios, pero también en el resto de detalles que configuran un buen pedido. Hoy en día el servicio de alimentos por internet está en pleno auge pero hay que tener mucho cuidado porque estamos hablando de productos perecederos. Por eso yo miro y miro, busco y testeo opiniones hasta estar más o menos seguro de que mi dinero está bien invertido: sea en unos quesos o un coche deportivo.

¿Tienes la mejor receta de torrijas pero no consigues que te queden como las de tu madre o las de tu abuela? Pues seguro que eso es así porque no sigues los tres trucos básicos para que tus dulces queden absolutamente perfectos. Te contamos aquí todo lo que tienes que hacer para quitarle todo el partido a tu receta y lograr que tus torrijas sepan tan bien como las que recuerdas de tu infancia.

El primer truco está en la elección del pan. Hay quién hace las torrijas con pan de molde por pura comodidad, pero por mucho que digan que están buenas, eso no son torrijas, son una versión de las tostadas francesas de toda la vida que puede estar bien para cumplir un antojo, pero que no te darán tu dulce favorito.

Nuestras abuelas hacían las torrijas aprovechando el pan del día anterior. Y este sigue siendo perfecto para este fin. Así que olvídate de barras especiales para torrijas o de pan de molde y usa pan de la víspera. Al estar ligeramente seco y duro no se deshará tan fácilmente al impregnarlo con la leche y el huevo y tendrá toda la consistencia y todo el sabor que necesitas.

El segundo truco está en la preparación de la leche para las torrijas. Es importante infusionarla bien y para eso debe de llevar canela en rama y cáscara de cítricos, mejor si es de naranja. Pero es muy importante que la cáscara de la naranja no lleve nada de la parte blanca. Si se la dejamos, le traspasará a la leche amargor y las torrijas no tendrán ese delicioso toque a naranja, sino que les quedará un regusto amargo bastante desagradable. 

Algo tan fácil de evitar y tan básico suele estar detrás del fracaso de muchas torrijas porque el cocinero desconoce que hay que limpiar bien las cáscaras antes de ponerlas en la leche y dejar hervir.

Por último, el aceite para freír. Puede ser de girasol, si se quiere un toque neutro o de oliva, si nos gusta el sabor que deja. Pero siempre debe de estar muy caliente, poner pocas torrijas de cada vez para que la temperatura no baje y cambiarlo cuando se ensucie, cosa que ocurrirá relativamente rápido ya que con las torrijas se ennegrece con facilidad.

Con estos trucos tan sencillos, tus torrijas quedarán de libro y serán todo un éxito.

Los langostinos son, seguramente, el marisco que más se vende en nuestro país. Gustan prácticamente a todo el mundo y se pueden consumir de maneras muy diferentes. En un restaurante son absolutamente imprescindibles.

Pueden ser un entrante perfecto y delicioso. Los langostinos cocidos con salsa de mayonesa son un clásico que continúa de moda. También se pueden servir a la plancha, con un sabor más intenso que gusta a los que quieren disfrutar de todo el sabor del marisco. Al ajillo son una verdadera delicia y salteados con verduras pueden ser una tapa perfecta para cualquier momento.

Encontramos también los langostinos como protagonistas de muchos revueltos, un plato de moda para cenas ligeras o para compartir como primero en una comida informal. Y forman parte de recetas como por ejemplo los arroces con marisco y los mixtos, que tanto gustan en nuestro país. Además, acompañan muchas salsas, como las que se sirven con pescados como la merluza.

Por todo esto, en ningún restaurante puede faltar un alimento tan demandado y comodín como el langostino. Pero este producto, fresco, puede llegar a alcanzar precios desorbitados, especialmente en determinados momentos del año. Y esto puede repercutir en el precio del resto de los platos. Por eso, lo más razonable es acudir a un Proveedor de langostino de cultivo congelado para hosteleria que proporcione producto de calidad y que se adapte a las diferentes circunstancias de cada plato.

Los langostinos, al igual que otros mariscos, se venden teniendo en cuenta su calibre. Normalmente, el precio varía siendo más económicos cuanto más pequeños resultan. En las cajas puede verse el calibre del producto, pero lo más habitual es que nos informen de la cantidad de unidades que entran en el kilo, lo que es un buen indicativo de su tamaño. A menor número de unidades, más grandes serán los langostinos.

En una caja todos los langostinos tienen un tamaño uniforme, por lo que es fácil comprar, por ejemplo, langostino más grande para hacer cocido o a la plancha y de un tamaño algo menor para añadir a los revueltos o a las ensaladas. También pueden elegirse langostinos crudos o previamente cocidos. Así, los platos quedarán equilibrados y podrán ofrecerse a un buen precio con todo el sabor de este delicioso marisco que, además, descongela rápidamente y en poco tiempo está listo para ser preparado como más nos apetezca.

Cuando vamos a hacer una compra al supermercado nos encontramos con una gran cantidad de marcas de leche. Pero ¿por qué debemos de elegir con cuidado cuál nos llevamos a casa? Pues porque no todas son iguales, ni en su calidad ni en la forma en la que se producen.

Los aspectos que tenemos que tener en cuenta tienen que ver con la calidad del producto pero también con la forma de explotación ganadera de la que procede. Porque como consumidores, tenemos una responsabilidad en ese tema.

Las cooperativas son una de las formas más justas de organización de los ganaderos. Se juntan y suman sus intereses para poder tener más fuerza en el mercado. Y es la forma en la que se organizan ganaderos que están detrás de marcas tan conocidas como central lechera. Se aseguran así de obtener un precio justo por la leche, pero también de que todos los que quieren participar en su cooperativa cumplan con unas normas.

Estas normas tienen que ver con la forma en la que se trata a los animales, garantizando su bienestar y también que estos se alimenten de una manera tradicional, es decir, que se incluya pasto en su alimentación en el mayor porcentaje posible. Esto hará que la leche que se tome tenga unos mejores valores nutricionales.

No todas las grasas son iguales. La grasa de la leche, en principio, no debería de ser mala para la salud. Pero para que no lo sea debe de proceder de vacas que han comido hierba y que, por tanto, sea rica en Omega-6 y, sobre todo, en Omega-3. Además, si la leche no procede de animales sometidos a una sobreexplotación, tendrá también mejores valores de calcio.

Y, por supuesto, la leche que procede de animales que están bien cuidados y comen hierba, tiene el sabor que se supone que debe de tener la leche, muy alejado de esos gustos aguados o a veces sospechosamente artificiales que tienen otras marcas.

Comprar una leche de buena calidad no supone gastar una fortuna, pero sí pagar lo justo por ella. Pero a cambio, se recibe un producto que aporta mucha salud a toda la familia y se está tomando algo que realmente es lo que pone en la etiqueta: leche auténtica de vaca. Con todas las características que esto implica ¿No crees que merece la pena?

La composicion del yogur es extraordinariamente simple y está al alcance de todo el mundo. Tan solo lleva leche y fermentos lácteos. Pueden añadirse algunas proteínas de la leche para ayudar en la fermentación y darle cuerpo. Solo con esto obtenemos un yogur natural con todo su sabor y, lo que es más importante, con todas sus propiedades para el cuerpo.

Existen en el mercado una gran variedad de yogures, pero si aspiramos a que sean naturales, debemos de buscar en la etiqueta la respuesta. Si llevan algo que no se corresponde con el nombre, no son cien por cien naturales. Por ejemplo, un yogur con sabor a fruta llevará aromas para darle el sabor a la fruta elegida y, tal vez, colorantes naturales para que resulte más atractivo a la vista.

Un yogur con fruta tiene que llevar exactamente eso, fruta. Mientras que si es azucarado será el azúcar lo que se añadirá a mayores. Muy sencillo pero muy difícil de encontrar ya que al mirar la etiqueta de algunos yogures “naturales” podemos encontrar hasta seis ingredientes. Además de los tres indicados, encontraremos estabilizantes y conservantes que no deberían de ser necesarios porque un yogur bien preparado y cerrado perfectamente en su vasito puede durar muchos días sin sufrir alteraciones ni mermas.

Erróneamente, se cree que el yogur natural realmente natural solo puede hacerse en casa y que todos los comprados tienen conservantes y otros productos no naturales. Pero no es así, solo hay que mirar las etiquetas para comprobar que hay primeras marcas que hacen un producto de alta calidad, con leche de gran sabor y elaborado de manera natural.

Nos ahorramos así el tener que preparar todas las noches el yogur para tenerlo listo al día siguiente, con los inconvenientes que supone y el trabajo extra que dan en una vida que ya de por sí es muy atareada. Disponiendo de un producto de gran calidad y al mejor precio, no hay motivo para tener que preocuparse de comprar una buena yogurtera y tener cada noche los vasos fregados y elaborar los nuevos yogures.

Así, los tendremos siempre a mano y podremos disfrutar de variedad de sabores, incluso con frutas, sin tener que limitarnos siempre al clásico natural que se hace en la yogurtera de toda la vida y que muchas veces no sale con la textura que se desea.

Los batidos son un gran comodín para disfrutar de una bebida deliciosa en verano, un tentempié o incluso para sustituir una comida. Te ofrecemos 4 batidos que te ayudarán en verano a no tener hambre y a mantenerte muy hidratado.

-Batido de sandía con yogur desnatado. Es un batido muy fresco y que combina el delicioso sabor de la sandía con la cremosidad del yogur. Al elegir un yogur desnatado prácticamente no hay calorías y se trata de una bebida muy saciante. La sandía hace que también sea diurética, por lo que tiene todo lo que necesitas para poder olvidarte de los líquidos acumulados y disfrutar de una merienda deliciosa.

Necesitas 200 gramos de sandía, un yogur desnatado y una pizca de edulcorante al gusto para cada batido que vayas a preparar.

-Batido rojo. Se llama así por su color. Es muy rico en vitaminas y muy hidratante por lo que es ideal para disfrutar de un piscolabis con los amigos. Además, estarás tomando gran parte de la cantidad mínima recomendada de frutas y verduras.

Se elabora con manzana, remolacha, zanahoria, granada, jengibre y limón. Si se desea se le puede añadir un poco de edulcorante, aunque su sabor muy frío es agradable. La cantidad de los ingredientes puede variarse al gusto.

-Batido amarillo. Aunque también es rico en vitaminas, antioxidantes y resulta hidratante, este batido tiene más calorías y es más consistente porque está pensado para meriendas o para tomar como desayuno.

Se prepara con plátano, leche de coco, piña, y naranja. Es muy diurético gracias a la piña y tiene un delicioso sabor tropical.

-Batido sustitutivo de comida. Los comercializan muchas marcas y ofrecen la oportunidad de saciarse y conseguir todas las vitaminas y nutrientes de una comida pero con muy pocas calorías. Son ideales, por ejemplo, para sustituir las cenas, sobre todo cuando se ha comido fuera para compensar el extra. O la comida si se va a cenar fuera. De esta manera, sin hacer una dieta propiamente dicha, se compensan los excesos y se puede mantener el peso durante el verano evitando engordar en vacaciones o volver del destino con varios kilos de más.

La preparación es muy sencilla ya que solo hay que mezclar el preparado para batido con agua o con leche desnatada. Incluso los hay que ya se venden preparados en botellitas listos para llevar a donde sea.