Libros antiguos 

Desde siempre he disfrutado del coleccionismo. Creo que todo empezó con los cromos en el colegio: era de los típicos niños que no paraba hasta encontrar el último cromo de la colección. Y en aquellos tiempos siempre ponían unos cuantos casi imposibles para que no pararas de comprar y comprar: siempre estaré en deuda con mis padres (literalmente) por la cantidad de dinero que invirtieron en aquellas colecciones.

Más adelante empezó mi afición por los libros antiguos. Mi madre llevaba una librería de viejo y siempre estuve rodeado de libros. Cuando la librería cerró porque mi madre se jubiló yo me encargué de vender la colección. Y disfruté tanto con el proceso que continué con la librería, pero desde internet.

Con las nuevas tecnologías y las diferentes plataformas para poner a la venta productos en internet, tenía la infraestructura adecuada para mantener el negocio. Lo único que necesitaba era un espacio adecuado para guardar los libros a buen recaudo y un adecuado sistema de envío de las ventas. Para ello debía Comprar cajas para envios que cumplieran escrupulosamente las exigencias de los clientes: estamos hablando a menudo de libros caros y muy delicados que requieren un embalaje sofisticado.

Al contar ya con una lista de clientes considerable de la librería familiar, al principio todo fue más fácil. Lo que usé en un primer momento, sobre todo, fue el email para contactar con los clientes e informarles de que la librería continuaba de una forma virtual. Pero luego se hizo evidente que necesitaba una buena web con un archivo plenamente actualizado que informara de las novedades que íbamos adquiriendo y también de los libros que se vendían, claro. 

Así como para los envíos me encargaba yo mismo porque me gustaba Comprar cajas para envíos y hacer yo todo el embalaje para asegurarme de que se hacía de forma correcta, para el archivo sí que necesité colaboración. Y también la encontré en la familia: mi sobrino era un as de la informática y me ayudó a generar el archivo y a tenerlo actualizado hasta que yo mismo ya pudiera manejarlo.