Regalos por ser un cliente fiel

Siempre pensé que lo de los clubes de puntos de las marcas comerciales era un engaño. Sobre todo por la experiencia que tuve cuando quise conseguir regalos con una empresa de tabaco y otra de alimentación. En ninguno de los dos conseguí mi objetivo.

En el primero de ellos, porque debía fumar 100 cigarrillos al día (o robar un estanco) para conseguir el premio. No calculé bien. Si habéis mirado alguna vez el folleto de una de estas marcas de tabaco, siempre suele aparecer un súper premio que es el descapotable rojo tipo Mustang. Obviamente, es imposible de conseguir. Ni lo intentes. Pero yo solo quería un mechero Zippo, edición limitada. Tampoco. Por suerte para mi, dejé de fumar y me olvidé de Mustangs y mecheros.

Hace unos años pensé: ¿cuál es la marca que más consumo? Central Lechera Asturiana. Si es la marca de la que más productos consumo tal vez sí pueda beneficiarme y obtener algún regalo. Y así es como me hice socio del club asturiana confiando en tener más suerte que la última vez que opté a un premio en el club de una empresa de alimentación de la que no recordaré su nombre para no hacer publicidad…

Recuerdo que mi familia y yo coleccionamos códigos de barra de los envases de un producto para conseguir no se qué premio. Ni recuerdo el premio, pero es posible que fuese algo sin demasiado valor, tipo unas sartenes o algo así. Lo que sí recuerdo bien es que una vez que terminamos de coleccionar, mandamos una carta y un tiempo después recibimos una contestación en la que se nos negaba el premio: al parecer alguno de los códigos de barra no estaba en condiciones óptimas. Todavía hoy sigo sin comprar productos de esa empresa. Veto de por vida.

Por suerte, conocí el club asturiana de la Central Lechera. Y con él, no he tenido ninguna mala experiencia.  El último regalo al que estoy optando es una bicicleta personalizable de piñón fijo, de esas que están ahora de moda.  Y la pienso conseguir, ya sabe la Central Lechera a lo que se arriesga si no la consigo…

Cremas: un comodín para comer sano cuando hay prisa

Si te gusta cuidarte pero no tienes demasiado tiempo para cocinar cuentas con dos aliados muy buenos: las recetas de crema cocina fácil y el congelador. Y es que la mayoría de las cremas aguantan muchos días en la nevera, pero además pueden congelarse y consumirse otros días con mucha facilidad.

Necesitas una olla de un cierto tamaño para poder hacer cantidades de crema importantes y tener suministro para todo un mes sin tener que cocinar cada fin de semana. En la olla debes de poner a cocer verduras de todo tipo troceadas, todas son aptas así que elige las que más te gusten, pero trata de moderar las cantidades de aquellas que puedan ser más pesadas, como la coliflor o las más flatulentas como la cebolla o las coles de Bruselas. No olvides un poco de patata, que le dará una fantástica textura a la crema.

En una olla a parte cuece pollo, mejor si lo haces con hueso y con piel porque el caldo que resulte tendrá mejor sabor. Y en una tercera, puedes cocer pescado. Las cremas pueden ser un primer plato fantástico, pero si se les añade pollo o pescado se convierten en un plato único muy nutritivo y con muy pocas calorías.

Cuando el pollo y el pescado estén listos vierte el caldo de cada uno de ellos en un cuenco y limpia la carne tirando la piel, espinas, huesos y demás. Usa parte de la sopa de verduras para hacer crema con la batidora. Puedes añadirle un poco de nata líquida baja en grasas o un chorrito de aceite de oliva para conseguir una textura más cremosa.

Puedes guardar la crema en recipientes de plástico aptos para congelar, pero un truco para que no te ocupe demasiado espacio es ponerla en bolsas especiales para congelado con cierre zip hermético. Ponle a cada bolsa una pegatina con el contenido y la fecha en la que la congelas. No olvides que debes de esperar a que la crema esté fría para meterla en el congelador.

Otra parte de la sopa de verduras debes de mezclarla con el pollo y con el caldo de pollo colado para hacer una crema diferente. Usa la cantidad de caldo de cada sabor que veas conveniente. Haz lo mismo con el pescado y obtendrás bolsas de crema de verduras, de verduras con pollo y de verduras con pescado deliciosas, muy sanas y que solo tienes que descongelar cuando quieras usarlas.