Langostinos: producto clave en cualquier restaurante

Los langostinos son, seguramente, el marisco que más se vende en nuestro país. Gustan prácticamente a todo el mundo y se pueden consumir de maneras muy diferentes. En un restaurante son absolutamente imprescindibles.

Pueden ser un entrante perfecto y delicioso. Los langostinos cocidos con salsa de mayonesa son un clásico que continúa de moda. También se pueden servir a la plancha, con un sabor más intenso que gusta a los que quieren disfrutar de todo el sabor del marisco. Al ajillo son una verdadera delicia y salteados con verduras pueden ser una tapa perfecta para cualquier momento.

Encontramos también los langostinos como protagonistas de muchos revueltos, un plato de moda para cenas ligeras o para compartir como primero en una comida informal. Y forman parte de recetas como por ejemplo los arroces con marisco y los mixtos, que tanto gustan en nuestro país. Además, acompañan muchas salsas, como las que se sirven con pescados como la merluza.

Por todo esto, en ningún restaurante puede faltar un alimento tan demandado y comodín como el langostino. Pero este producto, fresco, puede llegar a alcanzar precios desorbitados, especialmente en determinados momentos del año. Y esto puede repercutir en el precio del resto de los platos. Por eso, lo más razonable es acudir a un Proveedor de langostino de cultivo congelado para hosteleria que proporcione producto de calidad y que se adapte a las diferentes circunstancias de cada plato.

Los langostinos, al igual que otros mariscos, se venden teniendo en cuenta su calibre. Normalmente, el precio varía siendo más económicos cuanto más pequeños resultan. En las cajas puede verse el calibre del producto, pero lo más habitual es que nos informen de la cantidad de unidades que entran en el kilo, lo que es un buen indicativo de su tamaño. A menor número de unidades, más grandes serán los langostinos.

En una caja todos los langostinos tienen un tamaño uniforme, por lo que es fácil comprar, por ejemplo, langostino más grande para hacer cocido o a la plancha y de un tamaño algo menor para añadir a los revueltos o a las ensaladas. También pueden elegirse langostinos crudos o previamente cocidos. Así, los platos quedarán equilibrados y podrán ofrecerse a un buen precio con todo el sabor de este delicioso marisco que, además, descongela rápidamente y en poco tiempo está listo para ser preparado como más nos apetezca.