Todos recordamos los primeros tiempos de la pandemia en los que encontrar mascarillas era misión imposible, o cuando una mascarilla higiénica se pagaba a precio de oro. Durante esos meses, todos nos convertimos en costureros y costureras improvisados y, con más o menos gracia, creamos nuestras propias mascarillas. Pero estas no solían encajar muy bien en la cara a pesar de fabricarse “a medida”.
Ahora encontramos mascarillas en todos los supermercados e incluso nos las regalan con diferentes compras, pero los que aprendieron a hacerlas no quieren renunciar a continuar teniendo las más personales y bonitas. Además, son ecológicas porque se lavan y se reutilizan muchas veces en lugar de tirarse cada día.
A esto se suma el hecho de que ahora es mucho más fácil confeccionarlas ya que encontramos productos como Alambre nasal para mascarillas que antes nos resultaba muy complicado por no decir imposible encontrar. Con estos alambres, las mascarillas se ajustan perfectamente a la nariz y son mucho más cómodas y también mucho más seguras.
Al ajustarse bien a la nariz, evitamos una de las cosas que más odiamos todos los que usamos gafas: que los cristales de estas se nos empañen. Y, además, conseguimos que la mascarilla no se pegue en exceso a la punta de la nariz, haciendo que nos haga más complicado respirar.
Pero no solo el alambre para mascarillas es una mejora que podemos encontrar ahora fácilmente en muchas tiendas, también nos encontramos los ajustadores para las gomas, que nos permiten hacer la goma más o menos larga de forma sencilla. Estas bolitas se mueven en la goma consiguiendo que quede a la medida exacta que nos gusta, sin molestar pero sin que la mascarilla se resbale cada poco por la cara dejando al descubierto la nariz.
Las telas especiales para mascarillas, que permiten muchos lavados sin perder efectividad y que no precisan de filtro, también son mucho más sencillas de encontrar ahora y, además, son más baratas. Esto hace que se puedan conseguir muchos modelos y así lograr que la mascarilla obligatoria sea un bonito complemento a nuestro gusto.
Mucha gente está deseando que las mascarillas desaparezcan para siempre. Otros creen que formarán parte de nuestras vidas y que ahora que nos hemos acostumbrado a ellas es más fácil que la gente las use cuando tenga catarro o gripe para evitar contagiar a los demás. No sabemos lo que pasará, pero sí que ahora tenemos muchas más opciones para decidir qué mascarilla queremos llevar.