Razones para visitar una bodega vinícola

La bodega está en el seno de la explotación vinícola, siendo la ‘casa’ donde se guardan y conservan barricas y cubas para el almacenaje y envejecimiento de este preciado licor. El auge del enoturismo ha traído consigo un interés general por descubrir las mejores visitas bodegas rias baixas, Monterrei, Rioja, etcétera, en prueba de la fascinación que despierta esta bebida milenaria en gourmets y aficionados.

Una razón de peso para decir que sí a las visitas guiadas por bodegas es la oportunidad de participar en catas de barricas. Es toda una experiencia asistir a la apertura de este recipiente y recibir el honor de ser el primero o uno de los primeros en degustar su contenido.

Aunque no todas las catas se realizan directamente de la barrica o la cuba, es común que los visitantes tengan el placer de catar el vino in situ, en su misma cuna.

Tampoco es extraño que la visita se complemente con un taller de catas, donde un enólogo u otro miembro de la explotación vinícola imparte una clase maestra sobre el arte de saborear este licor derivado de la uva exprimida.

Además, esta experiencia turística es una forma de entrar en relaciones con profesionales y expertos del mundillo. Incluso el aficionado casual acumula a lo largo de su vida multitud de dudas en entorno a la cosecha, la elaboración y otros procesos de la vitivinicultura; estas inquietudes pueden ser satisfechas al visitar una bodega y preguntar vis a vis a los responsables de su botella favorita.

Los tours por bodegas dan pie a diversas actividades relacionadas con el mundo del vino, como el maridaje de vinos y productos locales o la exploración de museos y galerías situadas dentro o cerca de la explotación (así ocurre en Bodegas Irache, por ejemplo). Recorrer los alrededores de la bodega puede constituir, en sí misma, una aventura, como sucede en Pazo Baión.