¿Qué hace a las playas de Pontevedra distintas al resto?

En la costa de Pontevedra se registran alrededor de cien playas y calas. Sus peculiaridades geográficas, un microclima apacible o la variedad de fiestas y tradiciones que las rodean, hacen de ellas destinos muy interesantes para el turismo internacional. Para muestra, Canexol, Area dos Cans y otras playas isla ons cuya orientación hacia la Península las resguarda del viento y el oleaje atlánticos.

Este «escudo» geológica es una característica que se reedita en otros arenales de la ría de Vigo (por ejemplo, Panxón y Rodeira), de Pontevedra (Silgar y Mogor) y de Arousa (A Toxa, As Sinas y Carril). Gracias a la protección interior de la ría o la existencia de un rompeolas, el baño en sus playas es una experiencia apacible.

A ello contribuye el microclima típico de las Rías Baixas, con temperaturas más suaves que otros destinos atlánticos, lo que garantiza veranos sin bochorno e inviernos menos severos. En general, sus precipitaciones son mayormente moderadas. Diríase que la naturaleza «respeta» aquí el ocio y las actividades al aire libre de los viajeros.

A propósito, la escena náutica de Pontevedra es una de las más atractivas de Galicia. Las costas de Sanxenxo y otros pueblos marineros fueron la sede de la Volvo Ocean Race, la 52 Super Series y otras competiciones de renombre. Con razón, dispone de clubes náuticos en Vigo, Sanxenxo, Beluso o Combarro, y varias escuelas de surf en Nigrán y O Grove.

Además, no hay en la provincia dos playas iguales. Los arenales urbanos se mezclan con otros más salvajes y aislados, incluyendo rarezas como A Coviña, Sartaxéns o Lagoelas, accesible solo desde la playa de Menduiña. Visitándolas en el momento adecuado, estos enclaves sirven de escenario a las romerías marineras, como las Fiestas de la Virgen del Carmen en A Guarda, O Grove y Combarro.