Nuevas aficiones 

Nunca he sido de prestar mucha atención a la casa. La cuido lo justo para evitar problemas, pero no era mucho de bricolaje, decoración y demás. Pero cuando tuvimos que pasar tantos meses encerrados, empecé a mirar la casa con otros ojos. Porque además de trabajar, poca cosa más se podía hacer. No me gusta mucho la televisión y no tenía ganas de ponerme a ver series. Además, no me interesaba estar todo el día informado del monotema.

Así que me planteé una curiosa actividad: dedicar todos los días media hora o una hora a revisar cosas de casa, arreglarla o mejorarla. Y entonces me di cuenta de cuando te metes con una casa, no acabas nunca, siempre encuentras algo que se puede mejorar o cambiar. Empecé por el baño, una de las zonas de las que mi mujer siempre se quejaba. Compré cinta silkon para el sellado de las juntas que hacía tiempo había quedado despegadas. 

Lo descubrí mirando por internet. En vez de ver series o estar al día del número de contagiados, me aficioné a ver videos de bricolaje y decoración. Esta cinta me pareció una buena idea para empezar con algo sencillo. Las juntas de la bañera estaban ya muy feas y después de limpiar la zona colocamos esta cinta que hizo muy bien su labor ya que, por supuesto, es impermeable. A mi mujer no le dije nada y cuando entró en el baño, alucinó. Y ella también se empezó a aficionar a mis tareas del hogar.

Ahora que ya ha pasado lo peor de la pandemia y ya podemos llevar una vida un poco más normal yo no he dejado mi nueva afición. Al contrario, me parece algo súper agradable porque al final pasamos mucho tiempo en casa y es bonito que el hogar esté como uno quiere. No solo me he hecho experto en el uso de la cinta silkon, sino que también me he metido con la decoración. Aquí sí que tengo que consultar con mi mujer, pero entre los dos estamos haciendo cosas muy chulas.