Las merceditas, un calzado estrella en primeras comuniones

Al comprar zapatos comunión para niñas, las merceditas o ‘mary jane’ figuran entre las más demandadas. No faltan razones que expliquen su éxito en esta celebración eucarística: desde el confort y la adaptabilidad de su cierre, hasta la estética graciosa y elegante que las distingue de otros calzados.

Las merceditas encuentran su origen en los zapatos pumps que George Brummel popularizó en la Inglaterra de la Regencia. Su diseño contenía los rasgos identificativos que calzado que hoy conocemos y que fueron adoptados en la corte del Alfonso XII. Con el tiempo, perdieron su denominación original para adoptar la actual, que los historiadores atribuyen a María de las Mercedes de Orleans, apodada Merceditas por el monarca español.

Como sucede con la indumentaria marinera, no es extraño que un calzado típico de la realeza acabe teniendo aceptación en la etiqueta de primeras comuniones. En particular, las merceditas dan una razón de peso para ello: su apariencia inocente, dulce y graciosa, que se adapta bien a la estética buscada en este sacramento cristiano.

Pese al intento infructuoso de popularizarlas entre los varones e introducirlas en la moda unisex, las merceditas continúan siendo un calzado femenino al cien por cien y, a diferencia de otros, son más aceptados entre el público infantil. Una explicación probable es su ergonomía y comodidad.

Y es que las merceditas son garantía de confort. Se fabrican con hormas, punteras y empeines que se amoldan a las características del pie infantil, sin restringir su movilidad ni generar molestas apreturas. Esto es posible, en parte, gracias a un cierre adherente que facilita su ajuste y proporciona una adaptación eficaz al empeine.

Este rasgo —la cinta o tira que abraza el empeine— forma parte de su identidad. Además de las merceditas, es habitual encontrar manoletinas y bailarinas en el calzado de primeras comuniones, pero estas últimas carecen de cierre.