Para trabajar mejor, deja de hablar de trabajo

 

Llega el jueves por la tarde y es la hora del afterwork en mi oficina. Casi todos los jueves nos vamos unos cuantos del trabajo a tomar una cerveza a un local cercano. Nos relajamos y hablamos de todo un poco… De todo menos de trabajo: hemos llegado a un acuerdo para que ese tema quede fuera de nuestras conversaciones en la hora del afterwork.

Tengo que decir que fui yo un poco el instigador del acuerdo. Me di cuenta un día cuando me quedé callado y escuché las conversaciones de mis compañeros de la oficina de servicios de call center en Barcelona: todos hablaban de la oficina, del jefe, de la última llamada que hicieron, de lo guapa que es la becaria, etc. Y les abordé: “así no podemos desconectar, ¿por qué no hablamos de otras cosas y dejamos el trabajo en la oficina”?

Al principio les pareció una “sobrada”, a ver si no iban a poder hablar de lo que quisieran, pero la siguiente vez hicimos una prueba, medio en broma, medio en serio. A los 20 minutos ya nadie se acordaba del trabajo: hablábamos de otras cosas, de nuestras vidas, nuestras aficiones, política, deporte… lo típico, pero no le dábamos más vueltas al curro. Y a partir de aquel día, se prohibía cualquier conversación que hiciera mención a la oficina.   

Más adelante, el supervisor de nuestra oficina de servicios de call center en Barcelona dejó el cargo y me lo ofrecieron a mí. Me pilló por sorpresa. Aunque llevaba un tiempecito allí no creía tener “dones de mando”, pero, según me enteré después, a la dirección les habían llegado informaciones sobre mis “estrategias” en el afterwork. ¡Qué chorrada!, pensé, pero les había gustado a los de arriba.

La mayoría de compañeros se alegraron de que me pusieran de supervisor porque sabía cómo se hacía el trabajo desde abajo. Para mí no fue fácil al principio, se tienen que tomar algunas decisiones difíciles, pero me fui adaptando. Mi objetivo siempre fue: combinar la atención al empleado con una buena productividad, nunca se debe anteponer una cosa a la otra. Y seguí yendo a los afterwork en los cuales sigue sin hablarse de trabajo, aunque ahora esté el jefe presente…