Los dientes forman parte importante de nuestra imagen. A veces, nos olvidamos de lo delicados que son y de lo fácil que puede ser partirse uno en una caída. Por eso, si nos ocurre, a menudo no sabemos cómo debemos de actuar.
Lo primero que tienes que hacer en caso de que un diente rompa es buscar el trozo que falta. A veces, por el golpe mismo nos lo tragamos sin darnos cuenta, pero muy a menudo cae en el suelo. Es importante recuperarlo porque si acudimos rápidamente a un dentista urgencias Santiago de Compostela puede ser que consiga unirlo de nuevo, todo va a depender del tiempo que pase y de cómo se haya producido la fractura.
Evidentemente, lo siguiente es acudir a la consulta del dentista de urgencias a la mayor brevedad posible. Allí el dentista valorará qué hacer en función de si hemos llevado o no el pedazo del diente que nos falta, de si es posible volver a unirlos y de cómo tengamos la boca en general.
En los casos en los que no es posible unir de nuevo el diente, hay soluciones para conseguir el mejor resultado. Una de ellas es la de ponerse carillas, pero para eso es necesario que haya quedado suficiente diente para poder sujetarla. Si esto es así, una carilla será la solución más económica y, dependiendo de la calidad de la misma, puede durar muchos años. El dentista la elaborará en un tono parecido al del resto de nuestros dientes para que se integre bien y no se note que se trata de algo añadido.
Algunas personas aprovechan algo así para ponerse carillas en los dientes delanteros y mejorar su sonrisa, pero no es necesario hacerlo ya que un buen profesional puede hacer una carilla que quede totalmente integrada en la boca y que no se note prácticamente.
La otra solución, cuando el diente está muy dañado, pasa por la extracción y la colocación de un implante permanente. Es una solución más cara que la carilla, pero también es algo que puede ser para toda la vida y que suele tener un resultado muy bueno, sin tener que preocuparse por que se pueda caer en algún momento.
El dentista nos ayudará a tomar la mejor decisión para nuestra boca según las circunstancias de cada uno y lo que estemos dispuestos a pagar por el arreglo.