Mi marido puede ser muy pesado. Es de esas personas que apenas hace ruido, pero no calla. Su mayor pasión son los viajes. A mí también me gusta mucho, pero generalmente encuentro otra prioridad antes, algo que a él le frustra mucho. Desde luego que estos dos últimos años han sido para mi marido algo muy difícil de llevar. Al principio ni siquiera se podía salir de casa y después se dieron demasiadas limitaciones para viajar.
Habíamos hablado de muchos destinos exóticos como próxima opción de viaje, pero todo quedó en suspenso dadas las circunstancias. Yo aproveché este tiempo para concentrarme en el trabajo, quizás de forma excesiva como mi marido me ha dicho muchas veces. Hace poco me dio un ‘ultimátum’. Había que hacer un viaje ya, aunque fuese cercano. Y entonces llegó con la opción de crucero islas ons.
Cuando oí la palabra ‘isla’ ya cambié la cara. Entre todos los viajes que hemos hecho, y hemos hecho muchos, de los que mejor recuerdo guardo son de las islas. Por alguna razón que no acabo de entender hay algo en esos territorios que me fascina: me gusta ir a islas y cuanto más exóticas y poco populares, mejor. Pero, claro, la situación no está como para viajes muy extraordinarios. Pero mi marido tenía razón cuando dijo que nos quedaban muchos sitios extraordinarios por conocer cerca de casa, y uno de ellos estaba muy cerquita, al norte de nuestra ciudad.
Habíamos oído hablar muchas veces de las Islas Atlánticas, particularmente de las Cíes porque una amiga había ido allí como parte de su luna de miel. Al principio nos pareció un destino extraño para un viaje así pero cuando vimos las fotos nos dimos cuenta de que había acertado de pleno. Y por eso no me extrañó tanto que mi marido viniese con ese plan de un crucero islas ons. Sé que eligió ese destino porque a mí me fascinan las islas y porque necesitamos un lugar diferente para escapar. Así que tendré que dejar un poco aparcado el trabajo y volver a viajar, que ya toca.