Aprovecha tu piscina todo el año

 

Las cubiertas para piscina permiten contar con una piscina en casa durante todo el año. Incluso si es una vivienda de vacaciones es algo que se va a agradecer y a lo que se quitará mucho partido. Una piscina cubierta puede climatizarse y, por tanto, disfrutarse cuando se acuda a la vivienda los fines de semana o puentes durante el invierno.

¿Te imaginas algo más relajante que darte un baño en un agua a la temperatura de tu cuerpo mientras puedes ver como en el exterior llueve o incluso nieva? Eso sí que es una experiencia de desconexión y desestrés que seguramente haga que quieras disfrutar de tu segunda vivienda con bastante más frecuencia, haciendo que tenga más uso y más disfrute.

Si para los adultos una piscina cubierta y climatizada es toda una tentación para los niños puede ser una verdadera fiesta. Quizás a los niños no les gusta acudir el fin de semana a la casa de vacaciones porque supone tener que pasar unos días fuera de su ambiente y alejados de sus amigos. Pero si saben que les espera una piscina en la que podrán estar disfrutando como si fuera el verano seguro que las cosas cambian.

Normalmente, una piscina supone una importante inversión en una vivienda, pero precisamente por eso vale la pena hacer un esfuerzo más y poder disfrutarla en muchas más ocasiones que el mes de vacaciones que se pasa en la casa. Un aliciente que hará que la segunda vivienda sea totalmente irresistible para toda la familia.

Y si esto vale para la segunda vivienda cuando la piscina está en la vivienda principal sobran las argumentaciones. Tener una piscina para todo el año es un gran lujo que está a tu alcance. Un dinero bien invertido que se amortizará rápidamente con los buenos momentos que se pasen en el agua. Por no hablar de que la natación es una fantástica manera de hacer un ejercicio muy completo sin tener que ir a un gimnasio.

Una advertencia importante, a no ser que seáis grandes amantes de la vida social y no os importe que cada fin de semana los amigos fijen vuestra vivienda como punto de encuentro, mejor no comentéis demasiado todas las ventajas de vuestra piscina cubierta ni la maravilla del agua a 38 grados en el frío invierno. La tentación es demasiado grande para poder resistirse.